Coricancha

Coricancha del quechua Quri oro y kancha recinto o templo, ''Recinto
dorado'' fue el templo más importante durante el Imperio incaico.
Pachacutec,
el Inca que inicio el periodo expansionista del Incaico, ordeno su
edificación. Construido con la más fina cantería-diorita verde, andesita
roja y gris-y metalurgia Inca, inmensas paredes enchapadas en oro y
decorado con finos objetos en oro y plata, fue el punto focal
político-religioso. La modalidad para diseñar este centro de poder y
proyectar su dominio fue a través del originalísimo sistema de ceques.
Los
ceques eran cuarenta y uno líneas imaginarias que desde el núcleo del
Recinto de Oro se abrían de manera radial en todas las direcciones para
organizar el ordenamiento del culto principal y el de todas las
regiones, la planificación urbanística de la ciudad, el diseño
expansionista territorial-geográfico y el ordenamiento social.
Desde
el Coricancha, los ceques regularon los lugares sagrados en toda la
región, más de trescientos adoratorios (huacas) situados a más de diez
kilómetros a la redonda. Estas huacas, eran fuentes de agua, cerros o
huancas-lugares sagrados origen de los ancestros.
Una buena parte de
estas huacas cumplía las funciones de observatorios astronómicos, cuya
información se registraba y convergía en el núcleo oracular del
Coricancha. La información centralizada era recogida por un sacerdocio
de hombres y mujeres guardianes/mensajeros de los antepasados y de los
dioses cuyos altares residían en el Coricancha. Ellos traducían en
vaticinios y augurios la información recibida, que a su vez era el
insumo para formular el cuándo, dónde y cómo de las ceremonias rituales,
la cantidad y calidad de las ofrendas y a quienes correspondía
donarlas. Es decir, todo un plan de gobierno estatal dictado por los
astros y estrellas.
Coricancha es quizás la estructura más importante
que existió en la época de los Incas. Este recinto contiene muchos
pequeños templos dedicados a varias deidades que fueron destruidos por
los españoles para construir, sobre la cimentación original, el convento
de Santo Domingo en el año 1540. Sin embargo, quedan algunas partes de
la arquitectura original. Coricancha fue construido en la cima de una
pequeña colina desde que sabían que Cusco era un pantano hace millones
de años y también porque querían estar más cerca de su dios, el Sol.
En
este templo encontrará recintos dedicados a varias deidades como el
arco iris, el trueno, la luna y las estrellas. También es importante
señalar que Coricancha está alineado para capturar el amanecer el 21 de
junio y el solsticio el 22 de diciembre.
En Coricancha existe una
puerta trapezoidal simétrica entre el templo de la Luna y el templo de
las Estrellas que también se alinea en relación con la salida del sol.
Es como un camino sagrado para el sol.
Se dice que en la parte que se
considera la habitación del Sol, había una estatua del dios supremo
hecha de oro puro y que el sol en el día más importante emitiría luz a
toda la ciudad.
Coricancha fue uno de los templos más bellos de la
época Inca. No se utilizó mortero en la construcción de los muros. Se
apoyan únicamente en la perfecta colocación y alineación de cada piedra.
Esto es análogo al amor y la unidad de una intención común que existió
durante la época de los incas.